Dúo Caliope: “Piantón te permite interactuar con otros músicos”

Juan Carlos Avilés

Beatriz Gallardo y María Bernal. Además de la flauta y la guitarra, sus respectivos instrumentos, les sonarán ellas porque ya nos regalaron su deliciosa música el año pasado, y como quedamos encantados las volvimos a invitar para esta octava edición. Apenas han cambiado de aspecto, pero como intérpretes se nota su evolución y la seguridad que desprenden sus notas, más ágiles, más firmes, y, sobre todo, más suyas. “El año pasado fue estupendo, pero éste ha sido muy especial, y además veníamos con muchas ganas. Como cambia la gente, pues cambia todo, pero además hemos tenido mucha suerte con los compañeros y lo hemos pasado genial, no sólo profesionalmente sino a todos los niveles. Incluso hemos coincidido con más gente andaluza, como Dolores y Marta --el Dúo Mitjana-- o la compositora invitada de este año, Dolores Serrano”.

Beatriz y María son gaditanas, de Sanlúcar de Barrameda, y buena parte de su carrera ha transcurrido en Andalucía. Se conocieron en el Conservatorio de Sevilla y en 2013 decidieron formar su pequeño grupo de cámara porque musicalmente se acoplaban tan bien como en el terreno de la amistad. Es el denominador común de los grupos de cámara jóvenes, y esa empatía se nota y da sus buenos resultados, seguramente irrepetibles cuando la vida les lleve por otros derroteros. Pero entonces serán magníficos profesionales, y que les quiten lo ‘bailao’.

Entre Piantón’17 y este año ha habido algunas novedades. Lo bueno que tienen los  ‘repetidores’ es que les puedes seguir la pista, conocer cómo transcurre la vida de unos músicos en permanente transición, y esa es parte de la vocación del Festival. “El año pasado nosotras veníamos de estudiar juntas en Barcelona el máster de Música de Cámara, y el Festival nos vino estupendamente porque pudimos mostrar todo lo que hicimos durante ese periodo. Este año es muy distinto, porque cada una estamos en sitios diferentes. Yo (María, guitarra) haciendo oposiciones de profesora de secundaria y ella (Beatriz, flauta) está en Santiago de Compostela con la Orquesta de Galicia haciendo un posgrado”.

Aun así, en ningún momento han perdido el contacto y siempre que ha surgido algún concierto y han tenido hueco no han dudado en ponerse a ello. “Ahora tienes que buscar tiempo para bajar a Andalucía o subir a Galicia, y si es por menos de 500 euros no te compensa”. Sin embargo hay un punto de encuentro común que son las Juventudes Musicales, una prestigiosa organización internacional surgida en Bruselas en 1940 y presente en España desde 1952, contando actualmente con casi un centenar de asociaciones locales repartidas por todo el territorio nacional. Está reconocida por la UNESCO como el movimiento cultural juvenil más importante del mundo. Promocionan a músicos jóvenes a través de sus concursos bienales, y los premiados, como en el caso de Caliope (primer premio Ciudad de Ávila), hacen giras a través de su Red de Músicos para darse a conocer. “Con JJ MM hemos actuado en Chipiona, Sanlúcar y Sevilla, y para 2019 tenemos gira en Levante y Tarragona. Pero, quitando los conciertos, lo de este año ha sido estudiar y estudiar. Ah, y también hemos hecho alguna actuación como solistas”.

Para el FIMP no sólo es importante crecer en calidad, interés y asistencia de público. La opinión de los músicos es trascendental porque son la esencia de la muestra y su razón de ser. “En general hemos notado cambios en la organización y cosas que han ido mejorando. Pero para nosotras lo más importante es la interactuación entre músicos, tener la oportunidad de tocar con otros compañeros e intercambiar experiencias musicales. Resulta muy enriquecedor y es algo que, por ejemplo, es muy frecuente en la JONDE (Joven Orquesta Nacional de España). De ahí además salen vínculos y oportunidades profesionales futuras, y a todo ese conjunto de gente que ha pasado por el Festival se le puede sacar mucho partido. Nosotras vinimos también por un conjunto de viento (Orfeo Ensemble, FIMP 2012) en el que intervenía una amiga de Sevilla, Beatriz Bueno, que tocaba el fagot”. En efecto, los contactos que se crean en el transcurso del Festival cristalizan después en actuaciones conjuntas. Es el caso de Silvia Nogales (guitarra), David Hernando (saxo) y Carolina Bartumeu (chelo, Cuarteto Rocamora), todos intérpretes en la pasada edición y que este año han realizado colaboraciones al alimón. “En el caso de Silvia y David ha sido muy significativo, porque además se han juntado dos que se mueven muchísimo y han estado dando conciertos permanentemente”.

Hablamos de montones de cosas más, del mar y de los peces de colores, y siempre con ese regustillo a aire fresco y renovado que a mí me produce charlar con estos jóvenes espontáneos y naturales tocados por la varita mágica de la música. Cuando acabe el verano, ese momento que a Beatriz y María les permite estar juntas, disfrutarse y hacer disfrutar, una marchará a Amberes, Bélgica, a realizar un máster, y la otra se quedará en España porque, hay que decirlo, aprobó las oposiciones de profe de secundaria. Pero seguirán encontrando un hueco para ellas y siempre lo tendrán aquí, en este rincón del occidente asturiano donde pasan cosas. “Nadie podía imaginarse que en un sitio como Piantón, que son dos calles, hubiera una movida como ésta”. Serán las Xanas, compañeras.

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